El estudio, que acaba de ser publicado en Neurology, ha sido realizado entre pacientes que sufrieron un primer accidente cerebrovascular (ACV) y en los que se trató de ver cuál había sido su exposición a posibles factores desencadenantes en la hora o las horas previas al inicio de los síntomas de ictus.
Los investigadores participantes en este trabajo y que pertenecen a varios centros de Países Bajos han observado que el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular se multiplicaba por 2 en la hora siguiente a haber consumido un refresco de cola, por 2,4 en las dos horas siguientes a haber tenido actividad sexual, por 2,4 en la hora siguiente a haber realizado ejercicio físico intenso, por 2,8 en las cuatro horas siguientes a haber consumido drogas y por 14.1 al día siguiente de haber padecido gripe o un síndrome gripal.
El estudio ahora publicado se centra no en los factores de riesgo a largo plazo sino en aquellos que pueden actuar desencadenando un ictus de forma súbita en cuestión de horas, abordaje cuyo interés consideran ambos expertos muy relevante.