Cada seis minutos se produce un ictus en España. Esto quiere decir que, anualmente, se diagnostican más de 120.000 casos en nuestro país. De hecho, es la segunda causa de muerte, la primera en mujeres, y el primer motivo de invalidez en los países occidentales. Conocer los síntomas y detectar el problema a tiempo es fundamental para salvar vidas y minimizar las posibles secuelas derivadas del ictus.
Algunos de los síntomas que pueden ser indicios de estar sufriendo un ictus son la imposibilidad de levantar un brazo, la pérdida de fuerza o de visión, sensación de vértigo, inestabilidad, desequilibrio y confusión repentina, sonrisa caída, problemas al hablar y entender lo que se dice, así como dolor de cabeza muy intenso.
Para detectarlo, podemos acercarnos a la persona y pedirle que sonría, que repita alguna palabra o que levante los brazos. Asimismo, podemos instarle a que se levante y se siente.
Una vida saludable ayuda también a prevenir el ictus. Por esto, es bueno vigilar la hipertensión, controlar la diabetes, no fumar, no beber alcohol, cumplir con los tratamientos y realizar ejercicio, complementado con una dieta sana.
En el caso de que tengamos sospechas, sin demorarlo, hay que actuar rápido y buscar asistencia sanitaria urgente.
