El dolor es la señal de alarma que indica al organismo que algo ‘no va bien’, como sería que nos hemos hecho una herida o que nos estamos quemando. El problema tiene lugar cuando este dolor deja de ser un mecanismo de alarma y no desaparece. O lo que es lo mismo, cuando se cronifica. Una situación que, si bien con distinta intensidad, padece hasta un 10% de toda la población mundial. Pero, ¿no hay nada que se pueda hacer? Pues sí. A día de hoy ya hay disponibles distintos tipos de fármacos eficaces frente al dolor crónico. Unos fármacos que, sin embargo, no solo se asocian a unos efectos secundarios muy ‘notables’, sino que pueden resultar muy adictivos. Por tanto, su uso a largo plazo parece más que desaconsejable. Hay que buscar otra solución. Y según muestra un estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), esta podría encontrarse en una familia italiana.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Brain», describe una mutación genética rara descubierta en seis miembros de una familia italiana y que hace que sus portadores presenten una sensibilidad inusualmente baja al dolor. Una mutación en el gen ‘ZFHX2’ que, en opinión de los autores, abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos más eficaces para el alivio del dolor agudo y, sobre todo, crónico.
Como explica James Cox, director de la investigación, «los miembros de esta familia se pueden quemar o experimentar fracturas óseas sin sufrir ningún dolor. Sin embargo, todos tienen una densidad de fibra nerviosa intraepidérmica totalmente normal, lo que indica que todos sus nervios están ahí, pero que no están trabajando como deberían. Así, estamos analizando la razón exacta por la que no sienten demasiado dolor para ver si podría ayudarnos en el diseño de nuevos tratamientos analgésicos».
Sea como fuere, concluye Abdella Habib, co-autor del estudio, «esperamos que nuestros hallazgos y los proyectos de investigación subsecuentes ayuden a desarrollar mejores tratamientos para los millones de personas que, en todo el mundo, experimentan un dolor crónico y no logran alivio con los fármacos disponibles».