Una nutrición fetal inadecuada aumenta el riesgo cardiometabólico en la vida adulta

Hoy en día está bien establecido que un ambiente intrauterino adverso también es un factor de riesgo cardiometabólico, fenómeno conocido como “programación fetal”.  Esta hipótesis, establecida por Barker en a final de los años 80,  ha sido ampliamente avalada por estudios epidemiológicos en individuos que padecieron hambrunas durante la etapa fetal y corroborada por investigaciones en animales de experimentación.

Además de la etapa fetal, la etapa perinatal parece ser de gran importancia, habiéndose constatado que un crecimiento postnatal acelerado consolida la programación fetal, mientras que la lactancia maternal parece reducir el riesgo”, señala a DM Silvia Arribas, del Departamento de Fisiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y coordinadora del equipo que ha dirigido una investigación publicada en The Journal of Physiology. El trabajo, realizado en colaboración con profesionales de la la Universidad Queen Mary University de Londres, en Reino Unido, ha comprobado,  en modelo animal, cómo una nutrición insuficiente durante la gestación, vida fetal y perinatal, se traduce en alteraciones de las arterias en la descendencia que, en la vida adulta, pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiometabólicas”.

“Nuestro modelo experimental mimetiza condiciones de desnutrición materna, restringiendo a las ratas la cantidad de alimento durante parte de la gestación. Los descendientes nacen con bajo peso y, según hemos demostrado en estudios anteriores, sólo los machos desarrollan hipertensión en la edad adulta, aunque en el envejecimiento ambos sexos presentan alteraciones cardiacas. Esta diferencia de comportamiento entre sexos parece ser similar cuando el factor estresor en la gestación es otro distinto a la malnutrición, lo que sugiere mecanismos comunes”.

 

Una nutrición fetal inadecuada aumenta el riesgo cardiometabólico en la vida adulta