Debido a que esta enfermedad no presenta síntomas ni molestias en su fase inicial, las personas afectadas ignoran que la padecen. Por esta razón, se suele calificar como el “enemigo silencioso”, hasta que se produce una pérdida visual permanente e irreversible.
En un reciente artículo, publicado en la revista Biomedical Physics and Engineering Express, se propone un nuevo indicador relacionado con la salud biomecánica de la córnea: el tiempo de retardo corneal (Tau), equivalente al lapso que tarda la córnea en recuperar el 63 % de su forma original.
El tiempo de retardo corneal podría servir para detectar precozmente enfermedades de hipertensión ocular como la que nos ocupa, antes de que sus graves síntomas se manifiesten.
Además, resulta un parámetro muy fácil de obtener clínicamente, pues solo requiere un instrumento oftalmológico de uso común: el tonómetro de aire.
https://theconversation.com/un-nuevo-paso-hacia-la-deteccion-precoz-del-glaucoma-220690