Potenciar la respuesta inmune, una estrategia clave para VIH

Disponer de una vacuna terapéutica y conseguir la curación son dos retos actuales de la investigación en el campo del VIH, donde aparecen nuevas alternativas que, en algunos casos, son muy arriesgadas y poco aplicables al común de los pacientes, como el trasplante de médula o las terapias génicas. José Alcamí, director de la Unidad de Inmunopatología del Sida en el Instituto de Investigación Carlos III y coordinador de la Red Española de Investigación en Sida (RIS), muestra cautela ante esas propuestas curativas. “Investigamos para comprender más sobre el VIH y llegar algún día a curarlo, pero ahora mismo no creo que sea una urgencia porque los pacientes se mantienen con la misma rutina que un hipertenso, con pastilla diaria y pocos efectos secundarios”. Así, el investigador considera que los tratamientos que no conlleven riesgos o efectos secundarios importantes son los que harán progresar, mientras que los trasplantes de médula o las terapias génicas “son excepciones con gran valor biológico, pero no son normas terapéuticas a seguir ni creo que sean un abordaje idóneo para curar el VIH a medio plazo”

.Los “controladores” son un colectivo pequeño pero muy heterogéneo, que pueden tener marcadores genéticos de protección, una respuesta inmune especialmente potente, o virus defectivos. Por ello hay que abordar su estudio desde múltiples perspectivas, intentando comprender los mecanismos genéticos, virales e inmunológicos que ayudan a controlar la enfermedad sin progresar al sida.

España cuenta con la mayor cohorte del mundo: 700 pacientes controladores identificados en diferentes hospitales. Todos ellos donan muestras de sangre para investigación y se almacenan en el Biobanco de la Red del Sida gestionado por el Marañón, de Madrid. El grupo de Investigación en Infección e Inmunidad -INIM de Francesc Vidal, junto a otros de la Retics-RIS- ha estudiado el proteoma y el metaboloma de estos pacientes, viendo que los “controladores persistentes” se caracterizan por un perfil proteómico menos proinflamatorio y un perfil metabolómico asociado a menor daño mitocondrial y menor estrés oxidativo que los “controladores transitorios”.

 

Potenciar la respuesta inmune, una estrategia clave para VIH