En Washigton, un grupo de investigadores, han dado con la solución a la hora de salvar miles de vidas en zonas de guerra o catástrofe.
Estamos hablando de los primeros glóbulos rojos artificiales fáciles de transportar y almacenar, y solo necesitan ser mezclados con agua a la hora de la transfusión.
Este hallazgo, llamado ErythroMer, permitirá salvar vidas durante cualquier situación en la que sea complicado contar con sangre humana.
Aunque por ahora la sangre artificial sigue en fase de estudio, el autor principal Allan Doctor de la Universidad de Whasigton, se siente optimista con los resultados obtenidos hasta la fecha: «ErythroMer sería un sustituto de la sangre que un médico puede llevar en un paquete consigo y, literalmente, sacarlo, añadir agua e inyectar».
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