La OMS publica la lista de bacterias resistentes a fármacos

La OMS ha publicado por primera vez una lista de «patógenos prioritarios» de los que se necesitan urgentemente nuevos antibióticos. En ella se incluyen las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana que se han ido haciendo cada vez más resistentes.

El catálogo se divide en tres categorías en función de la urgencia con que se necesitan los nuevos fármacos: prioridad crítica, prioridad elevada, y prioridad media:

En las bacterias de prioridad crítica están incluidas algunas que son especialmente peligrosas en entornos hospitalarios, como la ‘Acinetobacter’, ‘Pseudomonas’ y varias enterobacterias como ‘Klebsiella’, ‘E. coli’, ‘Serratia’ y ‘Proteus’. Son bacterias que pueden provocar complicaciones graves y a menudo letales, como infecciones de la corriente sanguínea o neumonía, y que tienen la capacidad innata de encontrar nuevas formas de resistir a los tratamientos.

En la categoría de prioridad elevada, la OMS ha colocado bacterias que pueden darse, ahora sí, en individuos sanos, como la ‘Enterococcus faecium’, resistente a la vancomicina, la ‘Staphylococcus aureus’, resistente a la meticilina, la ‘Helicobacter pylori’, resistente a la claritromicina, la ‘Camplyobacter spp.’, resistente a las fluoroquinolonas, la ‘Salmonellae’ [provoca la salmonela], resistente a las fluoroquinolonas y la ‘Neisseria gonorrhoeae’ [provoca la gonorrea], resistente a la cefalosporina. Las infecciones que generan, aunque no tienen un impacto elevado en la mortalidad, sí lo tienen en la carga económica de los países, especialmente en los países en desarrollo, explican desde la OMS.

Por último, en la categoría media quedan las bacterias que han ido adquiriendo cada vez más resistencias pero que aún cuentan con algún antibiótico capaz de combatirlas. En este grupo están la ‘Streptococcus pneumoniae’, sin sensibilidad a la penicilina, la ‘Haemophilus influenzae’, resistente a la ampicilina, y la ‘Shigella spp.’, resistente a las fluoroquinolonas.

http://www.elmundo.es/salud/2017/02/27/58b45224e5fdead3418b45e9.html