La genética regula cuántas horas de sueño son reparadoras

Las personas con genes ‘short’ duermen poco, pero sin que ello afecte a sus funciones cognitivas. La investigación abre vías al desarrollo de dianas terapéuticas para alteraciones y sus secuelas.

“Los auténticos dormidores cortos no alcanzan al 5% de la población”, estima Javier Puertas, jefe del Servicio de Neurofisiología y de la Unidad de Sueño en el Hospital Universitario La Ribera, Alzira, y puntualiza la diferencia de estos casos minoritarios con el hecho más habitual de tener una “deuda de sueño inducida”. Eso es lo que sucede al restar horas al descanso nocturno por el trabajo o el ocio, que nos hace vivir en un constante “jet-lag social”. La deuda crónica de sueño “se va sobrellevando, con pequeñas propinas de sueño el fin de semana. Hay estudios que indican que esas compensaciones, sobre todo en la edad laboral, podrían minimizar el efecto en el deterioro cognitivo, mientras que otros ponen en duda tal hipótesis”. Lo que sí han demostrado es que la privación de sueño no solo tiene efectos a nivel cognitivo, en el estado de ánimo y en el riesgo cardiovascular; “también influye de forma clara a nivel metabólico, abundando en alteraciones como la diabetes y el síndrome metabólico”.

Algunas de las enfermedades directamente relacionadas con trastornos del sueño tienen también una base genética: se calcula que un 70% de los pacientes con patologías imbricadas presentan anomalías en genes concretos. El síndrome de piernas inquietas , después de que en el año 2007 se identificara y confirmara la presencia del primer gen asociado a piernas inquietas, despejándose así las dudas iniciales de que esta patología carecía de una base biológica y genética. Otro gen es también el responsable de la narcolepsia, trastorno del sueño de carácter patológico en el que se padece un deseo irresistible de dormir o sucesivos ataques de sueño, así como algunas de las formas del síndrome de avance de fase del sueño, “fundamentalmente familiar”.

La genética regula cuántas horas de sueño son reparadoras