En España, el 36 por ciento de las personas respiran aire contaminado y se estima que al año fallecen prematuramente unas 30.000 personas por causas relacionadas con la contaminación, ocho veces más que los accidentes de tráfico. En personas sanas, la contaminación genera síntomas respiratorios como tos o aumento de flema, pero en los pacientes respiratorios crónicos, los problemas se agravan.
La EPOC es además una enfermedad altamente discapacitante. Según el estudio GBD, la EPOC figura entre las diez primeras causas de mortalidad y discapacidad combinadas. La EPOC disminuye notablemente la calidad de vida de quienes la padecen, y también de su entorno más cercano. Las personas con EPOC tosen, expectoran y tienen dificultad para respirar cada día de su vida. “Es una enfermedad crónica y progresiva, que necesita un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano para poder frenar sus síntomas”, ha explicado José Luis López-Campos, coordinador del Área de EPOC de Separ.
“La EPOC y sus graves consecuencias, como las citadas defunciones prematuras, podrían evitarse combatiendo su principal causa: el tabaquismo”, recuerda el Dr. López-Campos. En este sentido, aunque el consumo de tabaco ha disminuido progresivamente entre 1980 y 2016, los expertos de Separ consideran que sigue siendo importante monitorizar las nuevas tendencias de consumo de tabaco incluido el tabaco de liar, los cigarrillos electrónicos y los dispositivos de vapeo, pues cabe recordar que el tabaco es un factor de riesgo prevenible de EPOC y otras enfermedades.