El flujo sanguíneo parece ser un elemento clave en el proceso de metástasis del cáncer. Se sabe que las células cancerígenas utilizan el torrente circulatorio para ‘viajar’ y colonizar otros órganos por loq que se pensbana que deberían quedarse atrapadas en la sangre y ‘circular’ indefinidamente. Sin embargo, al final siempre se ‘paran’ y atraviesan los vasos sanguíneos para formar un nuevo tumor. Y según muestra un estudio dirigido por investigadores del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM), parece que el flujo sanguíneo tiene mucho que ver en esta ‘detención’ y ‘fuga’ de las células tumorales circulantes –o metastásicas.
Como explica Jacky G. Goetz, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Developmental Cell», «desde hace mucho tiempo se ha pensado que esta ‘detención’ tiene lugar cuando las células tumorales circulantes se topan con un capilar con un diámetro muy pequeño. Así, las células se detendrían por una cuestión de tamaño. Sin embargo, nuestro trabajo muestra que este proceso no solo se produce por una ‘restricción física’, sino también el flujo sanguíneo tiene un gran impacto al permitir que las células tumorales se adhieran a las paredes de los vasos. Creemos que este es un descubrimiento importante para comprender no solo cómo las células tumorales pueden formar las metástasis, sino también el dónde».